sábado, 27 de octubre de 2012

Heridas


No puedo gritar aún, decir, aceptar, tu ausencia. Aún no puedo ni reclamarte. Por qué rendirse, por qué abandonar. 
No has llamado, no has vuelto, ni volverás. 
Mis ojos, no pueden secarse, no paran de buscarte en todos los rostros. 
No puedo aún gritarte, que me has marcado, que el resto de mi vida lo has marcado, que estaré pensando, que miraré siempre hacia ese lado del mundo, con nostalgia, con tristeza, con un vacío, con lágrimas, con viento. 

No puedo gritarte, no puedo gritar y debo tragarme todas mis palabras, todas las promesas, mis planes, lo hecho para los dos, el  porvenir, los deseos, las cosas, las cosas mías que eran para ti.



(Fotografía de David  A. Martínez)



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