La
luna robada
Se han llevado la luna no sé a
dónde, sé que me la robaron, todos sus pensamientos, simplemente no están.
Una noche se cobijó en mis brazos y
ahora, no está.
No sé quién se la llevó, sé que un
día la noche llegó sin ella y las estrellas se ocultaron con tristes nubes,
nunca volvieron a ser las mismas.
Mi querida luna, ah, ese punto común
en nuestra lejanía. Se han robado mi nocturna entidad.
Entre besos desolados, sollozos internos y
mis lágrimas que ya no mueren, y no desaparecen. La recuerdo al mirar el cielo
opaco que ya no tiene su vaivén; ausente, no está para mirarle. La angustia me
cierra los ojos. nada soy sin la luz tenue y sepia que ya no alumbra mi
ventana.
Mi luna, esa luna con la que nací, ,
mirándola siempre, amándola, velando por su dualidad, deseando conocer ese lado
oscuro en el cual se perdían mis pensamientos volados, mi luna, crecí a su
lado, con ella pensé morir.
Todos los tragos que bebí en ella, y
los besos, y los versos. Tanto recuerdo, tanto ir y venir, jamás me dejó.
La descuidé una tarde, las hojas
hacían otoño dentro de mí, cuando los ojos se me cerraron con la luz de un
falso sol que de repente aún suspira...
ni arco, ni lira, ni canto, ni poesía, un lienzo que se borra al pasar
los días, una visión remota y fría...
No hay como el amor por mi luna.
Sé cuán falso es este deseo, sé que
este no es mi cielo, sé que este sol es falso, es pasajero.
¡No está!
Luna roja, menguante o
creciente, nueva o llena, sé quién te
arrancó de mi lado, sé quién cautiva te tiene, prisionera, pobre luna
secuestrada, amordazada cruelmente.
Mirando el espejo, mirando al
culpable...
Con tus ojitos vendados, sé quién te
tiene vanamente y sé también en qué rincón del closet te escondieron, entre
andrajos y zapatos viejos, y ese olor a guardado, cosas inútiles y otros
fantasmas capturados.
Lo sé, esa alma maldita la desnuda por las
noches, la cambia fríamente de cajón, la amarra para que no se vaya, y aunque
por el día la baña tiernamente, no la deja, la mantiene ausente, marginada de
las noches, de los días, de mis amores.
¡Oh, mi pequeña, mi luna, perdóname por no
mirarte, por no despertar a tu rescate!
Un día, le miraré, de frente, le soltaré
las manos para otra vez intentar volar a su lado.
ZZZZZZZZ ZZZZZZZZ ZZZZZZZZZ ZZZZZZZZ!
ResponderEliminarGracias.
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