Cada invierno revivo aquél,
cuento los días y las cosas que he visto a tu lado,
otra vez tu imagen cuando te perdí de vista en el tren,
tu rostro por las mañanas,
tu café con leche, Sousse.
Tantas veces te he matado, y tantas veces vuelves.
Gracias por venir Luz.
ResponderEliminarQué interesante travesía.
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